Con más de 200.000 habitantes, Móstoles es uno de los municipios de Madrid donde más se acentúa el problema de las plagas tras el verano. La combinación de altas temperaturas, zonas residenciales con jardines y actividad comercial intensa crea un entorno perfecto para cucarachas, chinches, mosquitos y roedores.
Un ejemplo reciente en una comunidad de vecinos de Móstoles lo ilustra bien: tras volver de vacaciones, varios inquilinos detectaron cucarachas en los garajes y chinches en algunos colchones. La inspección post-verano permitió detectar el foco a tiempo y evitar que la infestación se extendiera.
¿Qué nos enseña este caso?
- La vuelta de vacaciones es crítica. Muchos pisos y locales permanecen cerrados en verano, lo que favorece la acumulación de humedad y restos de comida.
- Las chinches viajan con nosotros. Maletas y ropa son el principal vehículo de infestación.
- Los roedores buscan calor. En septiembre comienzan a refugiarse en sótanos y trasteros.
- El agua estancada multiplica mosquitos. Jardines y patios con fuentes o macetas acumulando agua son un punto de riesgo.
Claves para una inspección post-verano en Móstoles
- Revisar cocinas comunitarias y cuartos de basura en busca de cucarachas.
- Inspeccionar garajes y zonas de trasteros para detectar roedores.
- Examinar colchones y sofás por posibles chinches tras viajes.
- Eliminar cualquier acumulación de agua en terrazas y jardines.
- Programar revisiones periódicas en negocios de hostelería, muy sensibles en estas fechas.
La desinfección de plagas en Móstoles requiere anticipación. Una inspección preventiva tras el verano no solo evita infestaciones molestas, también protege la salud y el bienestar de familias y negocios. La prevención siempre resulta más económica y eficaz que un tratamiento de choque.